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2.
Harvard Health Policy Rev ; 7(2): [12], 2006.
Article in English | LILACS, BDS | ID: biblio-846842

ABSTRACT

O ver recent decades, the experi-ence of national immunization programs demonstrates that im-munization is one of the "best buys" in public health. 1 Rapid deployment and use of the traditional vaccines against child-hood killer diseases have been the most im-portant contributors to reductions in child mortality and increased life expectancy in developing countries. In the Americas, polio was eradicated from the region over fifteen years ago, indigenous measles trans-mission was eliminated in November 2002 and neonatal tetanus has been eliminated in all but one of the countries of the re-gion. 2 In 2003, the Pan American Health Organization's (PAHO) Directing Coun-cil, composed of all the ministers of health of the countries of the Americas, unani-mously adopted a resolution to eliminate rubella and congenital rubella syndrome (CRS) from the Americas by 2010, becom-ing the first region in the world to take on this challenge. 3 Immunization will continue to be es-sential in reducing child mortality in de-veloping countries and, thus, will prove critical to meeting the Millennium Devel-opment Goals (MDGs). 4 Immunization is directly associated with the achievement of child mortality reductions (MDG 4) and maternal health (MDG 5). It also con-tributes to a decrease in cancer (such as cervical cancer), a major disease of global and regional importance (MDG 6). The human papillomavirus vaccine has the po-tential to impact this last MDG. Beyond simply achieving the MDGs, further gains in the reduction of child mortality can be achieved through more effective and wider use of immunization strategies. 5 The World Health Organiza-tion's (WHO) Global Immunization Vi-sion and Strategy (GIVS) recognizes that Jon Kim Andrus, MD, oversees technical support to PAHO Member Countries of Latin America and the Caribbean, particularly for strategic planning and all key policy issues regarding vaccines and immunization. Vance Dietz, MD, MPH, TM, is Chief of the Global Measles Branch at the Centers for Disease Control and Prevention (CDC) and oversees measles technical support globally for the CDC. John Fitzsimmons, MURP, coordinates the management of PAHO's Revolving Fund for the purchase of vaccines for all PAHO Member Countries. Carlos Castillo-Solórzano, MD, MPH, works as a Regional Advisor for Immunization at PAHO with a primary focus on rubella elimination.


Subject(s)
Humans , Infant, Newborn , Infant , Child, Preschool , Immunization , Infant Mortality , Global Health Strategies , Public Health , Developing Countries , Health Policy , Life Expectancy
3.
Rev. panam. salud pública ; 16(6): 432-442, Dec. 2004. ilus, tab
Article in English | LILACS | ID: lil-398458

ABSTRACT

Según lo establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), conseguir una alta cobertura de vacunación es una meta esencial para la Región de las Américas. Es indispensable lograr niveles de cobertura de 95 por ciento o mayores para poder alcanzar los objetivos de la OPS de eliminar el sarampión y la rubéola, controlar las enfermedades prevenibles mediante la vacunación, y hacer perdurar la eliminación de la poliomielitis en territorio americano. Para poder alcanzar esos niveles, es imprescindible que las estadísticas de vacunación sean fiables y que las autoridades sanita- rias midan y monitoreen los niveles de cobertura a lo largo del tiempo. Los métodos elegidos por los directores de los programas de vacunación para calcular la cobertura dependerán de la información que haga falta. En general, los directores del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) necesitarán información acerca de la cobertura para poder: 1) determinar la verdadera cobertura en los niveles nacional y local, 2) determinar cuán adecuada es la cobertura en una zona determinada, 3) monitorear las tendencias a lo largo del tiempo, y 4) monitorear las actividades de vacunación mientras se están llevando a cabo. Para lograr lo primero -determinar cuáles son los niveles verdaderos de cobertura-, los administradores tienen dos opciones: a) valerse de los datos acerca de las dosis administradas (es decir, el número de dosis de la vacuna que se ha administrado, dividido por la población que debió recibir una dosis) o b) llevar a cabo una encuesta para determinar la cobertura. Para lograr lo segundo -saber si la cobertura en una zona determinada es adecuada (por ej., mayor de 90 por ciento)-, se puede realizar un muestreo por lotes para garantizar la calidad (MLGC). El MLGC es una metodología de encuesta basada en el uso de muestras pequeñas que permite determinar si la cobertura en una zona determinada es adecuada o no, pero no sirve para estimar el nivel de cobertura. Para el tercer propósito -monitorear las tendencias a lo largo del tiempo-, se pueden usar los datos correspondientes al número de dosis administradas. Para lograr el cuarto propósito -determinar si procede vacunar o llevar a cabo una campaña de vacunación u otra actividad afín-, la "herramienta de monitoreo rápido" creada por la OPS es una magnífica solución. Cada uno de estos métodos posee ventajas y desventajas. Los datos sobre el número de dosis...


Subject(s)
Vaccination , Vaccines , Immunization Programs
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